
Publicada el 2013-12-29
"Nosotros no somos arquitectos pero reivindicamos el valor estético de estos edificios. Esta es una arquitectura muy denostada, la gente pasa por la Albufereta y piensa que es una aberración y nosotros vemos mucha belleza. No es un capricho de mal gusto, sino que fue una solución al turismo del momento", explica el fotógrafo alicantino David Sardaña, coautor junto al diseñador Íñigo Lanz del blog sobre el racionalismo arquitectónico en la provincia (www.racionalismolevantino.es) a partir de los edificios levantados en la costa en los años 60 y 70, que han denominado racionalismo levantino. El objetivo es catalogar los edificios más reseñables y generar obra gráfica, con fotografías e ilustraciones, mediante la interpretación de estas construcciones.
La arquitectura racionalista es una corriente surgida tras la Primera Guerra Mundial, predominante en Europa y EE UU a mediados del siglo XX y que tiene en Mies Van der Rohe y Le Corbusier sus máximos exponentes. "En España este movimiento llega más tarde, con la apertura de los años 60, cuando se produce el boom del turismo y hay que dar una solución para albergar a los visitantes que empiezan a venir a la costa", señala Sardaña.
Estas construcciones están diseminadas por todo el litoral de la provincia, "la Albufereta, la playa de San Juan, El Campello... edificios levantados entre los años 60 y 70, que adoptan la manera de proyectar y los materiales del racionalismo y se adaptan a sus características y necesidades locales", apunta el fotógrafo, con ejemplos como el edificio Vistamar, más conocido como El Barco, proyectado por Juan Guardiola, la Torre Alacant o La Chicharra (en la Albufereta), así como La Isleta o La Atalaya, entre otros, en El Campello.
Los autores consideran como elementos propios de esta arquitectura la planta rectangular sencilla, las fachadas orientadas al mar y construidas a base de terrazas longitudinales, la parte trasera destinada a galerías, escaleras, ascensores, celosías para ocultar estos espacios o ladrillo caravista en el revestimento de las fachadas.
"Queremos conseguir otra visión de estos edificios, que la gente se pare y los mire de otra manera. No pretendemos hacer un trabajo científico, sino ciudadano, porque echábamos en falta fotografías adecuadas de esta arquitectura, para la que seguramente aún necesitamos distancia para valorar y juzgar", apunta Sardaña, quien aclara que la estética de los años 60 y 70 se reivindica a través de lámparas y mobiliario, "pero esta arquitectura pasará a formar parte del patrimonio alicantino dentro de 20 o 30 años, lo que pasa es que hay que empezar a defenderla ya, para que no pase como con otros casos de destrucción de patrimonio reciente", en referencia a la demolición de la cafetería de la Isleta, en la Albufereta.
Fuente: Diario Informacion